Una camiseta cada 24 horas

22/06/2018

Tiempo de lectura: 5 minutos

Categorías: Consumo, Ropa-Etiquetas: -

¿Te acuerdas cuando tus abuelos o padres te contaban que iban al sastre para hacerse un traje a medida?

¿Y que ese traje era el mismo que seguían poniéndose después de 30 años?

¿O que la misma prenda pasaba de padre a hijo hasta que no se estropease completamente?

Esta “economía doméstica del pasado” hoy en día tiene un nombre muy específico: economía circular. Con esta palabra se indica un tipo de modelo económico basado en la idea de que los residuos pueden ser usados de nuevo como materias primas para fabricar otros productos.

El refrán “Pocos pero buenos” explica bien el modelo de compras existente en el pasado, contraponiéndose al “Mejor muchos aunque sean malos” que está de moda hoy en dia. Este cambio ha ocurrido principalmente por la llegada de la globalización y el desarrollado a ultranza de un sistema de tipo consumista. De hecho, ahora es normal pasear por la Gran Vía de Madrid o Las Ramblas de Barcelona y encontrarse ropa fabricada en Bangladesh, Pakistán o China.

Y entonces, ¿por qué hemos dejado de ir al sastre o la modista, mientras vamos de media tres veces al mes a Primark? La respuesta es muy fácil: el precio de una prenda es normalmente muchos más barato. Entonces, entramos en Primark y compramos una camiseta o un pantalón por 5 o 7 euros gritando emocionados: “¡Venga, es un chollo!”. Y un chollo lo es de verdad, dado el precio. Luego, felices y satisfechos, nos acercamos a la caja, pagamos unos 30 euros y nos alejamos de la tienda con dos bolsas gigantes. Pero, la verdad es que tanta felicidad suele durar poco, porque normalmente dentro de pocos meses nuestros preciosos pantalones ya están estropeados.

Entonces, es verdad que en este tipo de tiendas los precios son baratisimos, nadie lo puede poner en cuestión. Pero, si cada tres meses tenemos que volver porque ya se han roto los vaqueros, ¿no merece más la pena comprar una prenda un poco más cara, que por lo menos consiga sobrevivir más de una estación?

Otro problema consiste en, aparte de comprar productos que tienen un tiempo de vida muy corto, compramos cosas que ni siquiera necesitamos. Venga, lo hemos hecho todos. Esta falda que nos gustaba tanto o esta camiseta tan colorada, que al final acaban en el rincón más alejado de nuestro armario, olvidados para siempre.

¿Y qué le sucede a toda la ropa que al final desechamos porque ya no tenemos más espacio en el armario?

En España cada año se desecha alrededor de un millón de toneladas de ropa, y solo un 10% se recicla. El resto acaba en el vertedero, no se reinserta en el ciclo de producción y impacta negativamente en el medio ambiente. Según datos de la Comisión Europea, cada kilo de ropa que no es incinerado y se transforma en materia prima evita la emisión de 3,169 kg de CO2.
Hoy en día hay muchas entidades que se ocupan de gestionar la ropa usada, con el objetivo principal de reducir el impacto en el medio ambiente y apoyar el desarrollo de un sistema de economía circular.

En España en las últimas décadas son conocidas de todos muchas entidades sociales que actúan en la recogida de ropa usada. Una de ellas es la Fundación Humana, que lleva trabajando en España desde 1987. Hoy en día Humana ofrece a los ciudadanos 5.000 contenedores para la recogida de ropa usada. Además tiene en toda España 46 tiendas de venta de ropa de segunda mano, localizadas principalmente en Barcelona (18), Madrid (23), Sevilla (3), una en Granada y otra en Reus. A través de la reutilización, el reciclaje y la valorización energética de la ropa usada la Fundación promueve la protección del medio ambiente y financia proyectos de cooperación en distintos países del África Subsahariana, Latinoamérica y Asia. Además, la Fundación cuenta en España con programas de apoyo local y sensibilización. Para más informaciones, haz clic el enlace.

En la misma línea también es  muy interesante la iniciativa de la asociación Cáritas. En abril de este año ha lanzado en España Moda Re-, cuyo lema es “reciclamos ropa, insertamos personas”. El proyecto cuenta con 750 empleos sociales, 80 puntos de venta, otros 3.800 de recogida de ropa usada y 3 plantas de gestión integral. El coordinador del proyecto Rubén Requena señala que: “al decir Moda re- queremos poner en valor la importancia de re-coger, re-utilizar o re-ciclar para re-construir, re-iniciar, re-emplear o re-vivir las biografías de todas las personas en situación social precaria a las que acompañamos”. Junto a la inclusión laboral, este proyecto también se destaca por la sostenibilidad medioambiental, permitiendo ahorrar 56 millones de metros cúbicos de agua y evitar la emisión a la atmósfera de unas 680.000 toneladas de CO2. Para quien esté interesado en el proyecto, le aconsejo ver este vídeo.

En conclusión, ¿piensas que merece más la pena comprar prendas baratas muchas veces al año o que es mejor adquirir prendas un poco más caras pero de vez en cuando?
¿Comprarías algo más caro si te diera una garantía de calidad o de respecto de los derechos de los trabajadores?

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Benedetta Eleodori

Charles Etoroma on Unsplash.

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