¿Nos convertiremos en un país como EEUU a nivel alimentario?

06/02/2019

Tiempo de lectura: 6 minutos

La gastronomía española es de las más reconocidas internacionalmente, ya que es considerada una de las mejores del mundo, por no decir la mejor. Se debe a su gran herencia cultural, la diversidad y calidad de sus productos, su capacidad de expansión, su variedad, etc. Desde hace unas décadas hasta ahora se han producido muchos cambios en nuestra gastronomía pero su esencia siempre permanece.

¿De qué hablamos? Pues tal vez de algunas improntas culturales firmemente marcadas en la cocina española. Por ejemplo, uno de los hábitos más comunes en nuestro país es el de no tirar comida, el poder hacer un buen plato a partir de cuatro cosas, como dicen nuestras madres. Antiguamente, en la época de nuestros abuelos, esto se hacía ya que no se podía derrochar nada, las cartillas de racionamiento se terminaron en 1952, ahí sí que hubo escasez, y es por eso que quizá esta educación se ha ido traspasando de generación en generación, impregnando nuestra cultura alimentaria actual.

Ellos se las ingeniaban como podían, a lo mejor con unas cuantas patatas y dos cosas más hacían un guiso y encima para infinidad de personas. Ahora esto también se consigue, pero con mayores dificultades, requerimos de más productos y más cantidades, pero aún así se sigue haciendo. Quizá muchos de nuestros abuelos y abuelas recolectan grandes cantidades de comida en sus neveras y despensas, lo que puede deberse a esas épocas de hambre sufridas en España. En otros países no tienen esta cultura, ya sea porque no han sufrido estas necesidades o porque no se les ha inculcado.

Por ejemplo Estados Unidos, como todos sabemos, es una de las primeras potencias mundiales en muchos aspectos, pero en el ámbito de la gastronomía no destacan. No tienen una buena cultura sobre la alimentación a pesar de ser un país con una de las mayores diversidades culturales del mundo.

En España podemos enumerar infinidad de platos típicos, tradicionales, sanos, modernos e incluso extranjeros y adaptados a nuestros gustos.  En el país americano es lo que más se hace, recopilar todos aquellos alimentos provenientes de otros lugares y transformarlos según la demanda y los gustos de sus habitantes, debiéndose a la gran variedad sociocultural que forma la nación, pues es un país con una población originaria de diferentes países del mundo. Allí no hay una cultura de la dieta mediterránea como aquí, como todos sabemos abunda la comida preparada triunfando todo aquello que no sea excesivamente saludable como las hamburguesas, los perritos calientes, las pizzas, las carnes, etc.

A pesar de gozar de una gran variedad de productos, tanto autóctonos como alóctonos, no han sabido crear una cultura alimentaria saludable ni sostenible.

A esto también se le une la diferencia de los estilos de vida; en España comer es un gesto social, es algo que admiramos y valoramos mucho, nos encanta disfrutar de la comida, de sus sabores, de la variedad, de compartirla tranquilamente con los demás sentados alrededor de una mesa, mientras que allí es totalmente diferente, lo hacen por pura necesidad, pues el tener tiempo para comer es como una pérdida de tiempo, se hace deprisa y corriendo, no tienen momento exacto, lo hacen cuando les apetece y sin pararse a pensar la hora que es. Utilizan mucho el modo de comida rápida, es muy típico eso de ir comiendo por la calle, o en la propia oficina delante de un ordenador.

¿Es esto lo que se llama McDonaldización?, puede deberse a que años atrás no se ha vivido una época de hambre tan dura como aquí y al no tener esas tradiciones o costumbres, para compensar, celebran por todo lo alto el Día de Acción de Gracias. En este día se sientan todos alrededor de la mesa con mucha comida y lo aprovechan, aparte de para disfrutarla, para ponerse al día sobre cómo van sus vidas. Esto suena extraño pero es cierto. Hay que darse cuenta que allí no se dedica tanto tiempo a la familia como aquí, pues las distancias son muchísimo más largas y el desplazarse de un lugar a otro requiere mucho tiempo y dinero. Es por eso que al menos una vez al año lo aprovechan para reunirse y comer juntos.

Este país al ser tan grande, también varía en la cultura alimentaria según el estado en el que te encuentres. No es lo mismo la cultura del sur que la del norte o la de las ciudades más turísticas como Nueva York (entre otras). En esta puedes llegar a consumir cualquier producto de cualquier país que te puedas imaginar, te da muchas facilidades, tanto si te encanta solo la carne, como si eres vegetariano o vegano, como si te gusta la comida oriental. Sin embargo, esto no ocurre en estados mucho menos visitados y menos aún en sus pueblos. A medida que te vas adentrando en zonas más rurales o menos conocidas te vas dando cuenta de estas diferencias.

Ocurre lo mismo aquí, no vas a encontrar la misma variedad de gastronomía en ciudades como Madrid o Barcelona que en zonas rurales como algún pueblo de Castilla-La Mancha por ejemplo. La cultura alimentaria americana alarma a las autoridades (por ejemplo, por la epidemia de diabetes), pero no parece que vaya a cambiar en breve. Sin embargo, aunque la española resiste bastante bien, se está acercando progresivamente a la norteamericana (por ejemplo, a la hora del desayuno), pero sin dejar de conservar su esencia y seguir siendo, como he mencionado antes, una de las mejores del mundo.

Bárbara Borgia Royo

Fotografía: Una barbacoa en algún lugar de Texas.

Para más información sobre las diferencias alimentarias entre España y Estados Unidos, se pueden consultar los siguientes enlaces:

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