La importancia de vivir en un bloque

01/10/2021

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Pocos españoles y españolas no han vivido en un bloque en alguna etapa de sus vidas. El bloque de pisos es una manera de alojar a mucha gente en poco espacio con un coste de construcción limitado. Tuvo su edad de oro entre 1960 y 1980, con una primera etapa de edificios compactos de cinco plantas como máximo (la ley no exigía la instalación de ascensores si el edificio no superaba los 15 metros –cinco pisos– de altura) y luego de edificios más grandes, con forma de H o con patios interiores, de entre 9 y 12 plantas. Este tipo de bloques solían contener un centenar de viviendas o más.

Posteriormente, a partir de la década de 1990, se construyeron muchos bloques de un tercer tipo, de manzana cerrada, con un gran patio interior que a veces contenía un pequeño parque y, en las urbanizaciones de postín, una piscina. Aquí se puede ver una estupenda infografía en scroll donde se cuenta esta historia.

La Ciudad de los Ángeles, en el sur de la ciudad de Madrid (distrito de Villaverde) fue una de las primeras manifestaciones de la gran oleada de construcción de viviendas de las décadas de 1950-1970. El formato utilizado fue el bloque de pisos de cinco alturas, con algunas torres de once plantas. Sin contar con los problemas de accesibilidad y de urbanización del barrio, las viviendas eran muy espartanas en origen, y su calidad de construcción deficiente. Esto ha causado problemas que se arrastran desde hace más de medio siglo.

Según el informe elaborado dentro del plan de rehabilitación de la zona, se trata de un tipo de construcción abonado a la pobreza energética: «Las fachadas y las cubiertas de las edificaciones precisan renovación y la mayoría de los edificios (en torno al 90%) no presentan las debidas condiciones de las envolventes para favorecer el ahorro y la eficiencia energética. […] La ausencia de medidas de carácter energético en el sistema constructivo ha ocasionado numerosos daños derivados de humedades y condensaciones en el interior de las viviendas, además de un elevado coste para la climatización de las mismas (1)».

Estas viviendas no contaban en origen con calefacción, aunque la llegada de la canalización de gas natural favoreció la instalación de calderas individuales en algunas de ellas. Gracias en parte a las normas de construcción más exigentes de 1979 y 2006, la situación mejoró con los años, pero el caso es que actualmente aproximadamente la mitad de los edificios tienen características térmicas muy deficientes.

Estas viviendas eran pequeñas en general, entre 40 y 60 metros cuadrados al principio, una cifra que fue creciendo paulatinamente (actualmente el tamaño medio de la vivienda en España es de 97 metros cuadrados, pero el piso medio o tipo ronda los 70 m2). Este tamaño reducido propició diversas adaptaciones, como un equipamiento de cocina mucho más ligero que la tradicional cocina económica de hierro fundido, o el bañaseo, una especie de pequeña bañera que fue una más de las numerosas soluciones de la industria del mueble, el saneamiento y los electrodomésticos a la falta de espacio en las viviendas, pisos pequeños en los que solían hacinarse familias de la generación baby boomer. Eran populares, por ejemplo, los muebles multiusos, con una cama y una mesa desplegables incluidas en un aparador. Actualmente los pisos suelen estar infraocupados.

Este enorme parque de viviendas, pisos más bien pequeños en bloques, situados en barrios muy densos, es un importante punto de partida de la transición ecológica en España. Además de aislar los edificios y mejorar su equipamiento (son importantes las instalaciones de energía solar, térmica y fotovoltaica), es necesario hacer muchas más cosas, por ejemplo: mejorar el uso de las calles, que actualmente son poco más que enormes aparcamientos de coches, y mejorar los servicios, incluyendo el fundamental: el transporte público.

Por el lado bueno, hay que tener en cuenta que los cientos de miles de edificios mal aislados son un gran yacimiento de energía ahorrada, algo más importante hoy que nunca viendo como están escalando los precios de la electricidad y el gas natural. Es factible reconvertir este tipo de edificios en hábitats con una huella ecológica muy reducida y capaces de proporcionar una vida más agradable a sus vecinos. ¡Los bloques de pisos pueden convertirse en fortalezas de la sostenibilidad!

Jesús Alonso Millán

Ilustración: una vista de la Ciudad de los Ángeles, en “30 millones de españoles”,  Banco Exterior de España, Madrid, 1959.

(1) Observatorio de la Vulnerabilidad Urbana. Fórmulas innovadoras de gestión y financiación en actuaciones de regeneración de barrios. Diciembre de 2018. Dossier de casos. Ciudad de Los Ángeles (Madrid). Ministerio de Fomento.

 

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