Bienvenidos a la segunda motorización

03/03/2023

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La primera motorización ya no da más de sí. En aproximadamente medio siglo, ha conseguido colocar casi un coche en cada hogar, y de hecho hay más de uno en un número importante de hogares. Se trata de 25 millones de vehículos, uno por cada 1,9 personas, que queman anualmente del orden de 25 millones de toneladas de combustible petrolífero. Ahora mismo España importa petróleo sustancialmente para abastecer a estos 25 millones de coches. La industria, el sector residencial y comercial e incluso el transporte público y de mercancías están abandonando el consumo de combustibles petrolíferos a gran velocidad.

Esta masa ingente de coches de motor térmico es una pesada carga ambiental. Para la atmósfera en general, en términos de emisión de gases de efecto invernadero, y para las ciudades en particular, pues ocupan la mayor parte del espacio público y generan la mayor parte de la contaminación y el ruido. Muchas ciudades se han propuesto liberarse del dominio del coche, y están dando muchos pasos en esa dirección, alentadas por la mejora que se puede conseguir en la salud ciudadana. Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), las áreas urbanas de restricciones de tráfico, no son más que el marchamo legal de una tendencia general.

Si el modelo de los 25 millones de coches familiares de motor de combustión ya no funciona, ¿con qué lo sustituiremos? Ya se están viendo algunas posibles direcciones del cambio, de lo que podemos llamar la transición en la movilidad o simplemente la segunda motorización:

  • Una posible dirección de la nueva motorización será, paradójicamente, la ausencia de vehículos de motor. Si tienen esa posibilidad, muchas personas simplemente caminarán, usarán la bicicleta o patinetes o tomarán el transporte público.
  • En estrecha relación con el punto anterior, los sistemas de coches compartidos pueden reducir la necesidad de usar el coche familiar para los desplazamientos obligados cotidianos. Este tipo de híbridos entre el transporte público y el coche particular serán cada vez más populares, al combinar una gran flexibilidad de uso con una completa despreocupación por el aparcamiento, abastecimiento de combustible y otras necesidades del coche propio.
  • Los vehículos disminuirán de tamaño. El actual auge de los SUV no puede durar mucho: son coches muy caros y muy sedientos de combustible, por mucho que se disfracen como “híbridos enchufables”. Es muy posible que veamos el retorno del pequeño utilitario, como el popular FIAT 500.
  • La opción del vehículo de movilidad personal (desde bicicletas a minicoches eléctricos) puede ser muy interesante para solventar los desplazamientos obligados cotidianos. La gama de estos vehículos va desde sucintos patinetes a coches bastante completos.
  • Mejoras sustanciales de los sistemas de transporte público (incluyendo más frecuencias, más densidad de rutas y más comodidad) pueden favorecer la opción de movilidad sin ataduras al coche familiar. En último término, las rebajas de los precios de los abonos parecen estar funcionando y atrayendo más usuarios.
  • No parece probable que la transición en la movilidad se haga simplemente sustituyendo los coches de combustión por el mismo número y tamaño de coches eléctricos. Es posible que los coches eléctricos se separen en dos nichos bien diferenciados: baratos utilitarios ligeros y pequeños, con una autonomía razonable para el día a día y para viajes no muy largos (apropiados para los que sigan necesitando un coche), y grandes monstruos de la carretera con autonomía de 1.000 km, de “alta gama”.

Con carácter general, esta segunda motorización será menos costosa para el usuario, más cómoda (con menos pérdida de tiempo en atender el coche y sus múltiples necesidades de combustible, aparcamiento, reparaciones, seguros, ITV, etc.), menos contaminante, menos engorrosa (en términos de ocupación del espacio público) y más diversa (superando la tradicional dicotomía transporte público/coche privado).

Jesús Alonso Millán

Fotografía: Un Citröen 2CV muy tuneado aparcado en una calle. Hackman, Nina – Helsinki City Museum, Finland – CC BY.

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