Entrepatios Las Carolinas: reimaginando la vivienda

En el distrito madrileño de Usera, a pocos metros del río Manzanares, se alza un edificio que desafía los paradigmas tradicionales del mercado inmobiliario. Entrepatios Las Carolinas no es solo un conjunto de viviendas, sino una apuesta radical por demostrar que otra forma de construir, habitar y relacionarse con el entorno es posible. Un proyecto donde la sostenibilidad ambiental, la justicia social y la viabilidad económica convergen en una propuesta que está marcando el camino hacia un futuro más habitable.

Un modelo alternativo al mercado especulativo

Entrepatios Las Carolinas es el primer cohousing ecológico en régimen de derecho de uso de la capital española. Este modelo, situado entre la propiedad y el alquiler, plantea la vivienda como un bien de uso y no como un activo financiero sujeto a especulación. Las 17 unidades familiares que componen el edificio no pertenecen a personas propietarias individuales, sino que la cooperativa es la titular del inmueble y sus miembros pagan una cuota mensual por usufructuar las viviendas y los espacios comunes.

Este sistema permite mantener el coste por debajo de los 10 euros por metro cuadrado, haciendo la vivienda más accesible sin alimentar los ciclos especulativos que encarecen el acceso a un techo digno. Además, el proyecto se ha financiado íntegramente con banca ética, coherente con los valores de la cooperativa.

El proyecto nació hace más de quince años de la inquietud de un grupo de personas que buscaban vivir de forma coherente con sus valores medioambientales, sociales y económicos. El edificio fue diseñado a través de talleres participativos donde los futuros vecinos y vecinas trabajaron junto al equipo de sAtt (estudio de arquitectura especializado en triple balance: ambiental, social y económico) para definir cómo querían vivir. Este proceso colaborativo no solo aseguró que el edificio respondiera a las necesidades reales de quienes lo iban a habitar, sino que creó vínculos entre las personas antes incluso de mudarse.

Esta co-creación es fundamental para el éxito de este tipo de proyectos: no se trata solo de compartir espacios, sino de construir conjuntamente las reglas de convivencia, los valores comunes y las formas de resolver los conflictos que inevitablemente surgen cuando se vive en comunidad.

Excelencia ambiental: un edificio de carbono cero

La sostenibilidad ambiental es el eje vertebrador del proyecto. El edificio ha sido diseñado siguiendo estrictos criterios de sostenibilidad que persiguen minimizar la demanda energética mediante un alto grado de aislamiento y estanqueidad. La orientación del solar, cuidadosamente seleccionado con su eje longitudinal este-oeste, permite aprovechar al máximo las estrategias bioclimáticas: las galerías de acceso se ubican al sur para captar calor en invierno, mientras que el patio interior al norte facilita la ventilación y el enfriamiento natural.

La estructura del edificio constituye uno de sus mayores logros ambientales. Tras un sótano y planta baja de hormigón armado, las plantas superiores están construidas íntegramente con paneles de madera contralaminada con certificación de gestión sostenible FSC. Esta decisión no solo redujo significativamente el peso del edificio, evitando la necesidad de pilotes en un terreno pobre, sino que disminuyó en un 39% el impacto sobre el cambio climático en comparación con una estructura convencional de hormigón o acero.

El cálculo de huella de carbono durante la construcción arrojó 1.300 toneladas de CO₂ emitidas. Lejos de conformarse con minimizar este impacto, la cooperativa decidió compensarlo completamente mediante tres programas: uno de reforestación en Guadalajara, otro de energías renovables en Namibia y un tercero de conservación de biodiversidad en Kenia. Sumado al hecho de que el edificio está totalmente electrificado (sin elementos de combustión), produce 32 kW mediante paneles fotovoltaicos y consume energía 100% renovable de la cooperativa eléctrica La Corriente, Entrepatios Las Carolinas puede considerarse un edificio de carbono cero.

Todos los materiales empleados responden a criterios ecológicos: pinturas vegetales, barnices ecológicos, aislamientos naturales. Cada decisión constructiva ha sido pensada para minimizar el impacto ambiental y garantizar la salud de sus habitantes, incorporando conceptos de bioconstrucción y salud geoambiental.

El agua como recurso compartido

La gestión del agua representa otra innovación destacable. El edificio alberga un depósito equipado con un avanzado sistema de tratamiento de aguas grises que permite recuperar y reutilizar todas las aguas grises y pluviales para las cisternas de los inodoros y el riego del huerto comunitario de la azotea.

El ahorro estimado es significativo: entre 500.000 y 700.000 litros anuales. En un contexto de emergencia climática donde la sequía se convierte en una realidad cada vez más frecuente, esta gestión responsable del agua demuestra que la sostenibilidad urbana es posible cuando se integra desde el diseño del edificio.

Espacios comunes: la infraestructura del cuidado mutuo

Entrepatios no entiende la sostenibilidad solo en términos ambientales, sino también sociales. El edificio cuenta con generosos espacios comunes que van más allá de lo habitual: una cocina-comedor compartido, una terraza con huerto urbano, un patio interior, una lavandería equipada, un taller para reparaciones y proyectos, una sala multiusos y un aparcamiento para bicicletas. Estos espacios no son meros añadidos, sino la infraestructura física que sostiene la vida en comunidad.

La cooperativa también ha puesto en marcha un grupo de consumo que apoya la producción agroecológica y de proximidad, extendiendo su compromiso con la sostenibilidad más allá de las paredes del edificio hacia el territorio que les rodea y los productores locales.

Un camino hacia otras formas de habitar

En un momento de emergencia climática, crisis de acceso a la vivienda y necesidad de reconstruir los tejidos comunitarios urbanos, Entrepatios Las Carolinas demuestra que las alternativas existen y funcionan. No se trata de una utopía inalcanzable, sino de un edificio real, habitado por personas reales, que han decidido que otra forma de vivir es posible.

El proyecto prueba que la excelencia ambiental no está reñida con la viabilidad económica, que la vida en comunidad no anula la privacidad individual, y que construir con criterios ecológicos puede ser tan robusto y confortable como la construcción convencional. De hecho, el consumo energético es mínimo: el excelente aislamiento y la orientación hacen que apenas sea necesario el uso de calefacción incluso en los inviernos madrileños.

Entrepatios Las Carolinas es mucho más que un edificio bonito con placas solares. Es una demostración práctica de que cuando repensamos desde cero para qué sirve la vivienda, cómo queremos relacionarnos con nuestros vecinos y qué huella queremos dejar en el planeta, podemos construir espacios que cuidan de las personas y del entorno simultáneamente. Es la prueba de que, cuando se combinan voluntad política, conocimiento técnico y compromiso comunitario, el cambio hacia la sostenibilidad integral no solo es necesario, sino posible y deseable.

En tiempos donde el futuro parece incierto, proyectos como este nos recuerdan que ese futuro no está escrito, sino que lo estamos construyendo cada día con nuestras decisiones. Y que construirlo juntos, con criterios de justicia social y responsabilidad ambiental, nos hace más fuertes y más capaces de enfrentar los desafíos que vienen.

 

Carlota López

Fotografías: sAtt y Entrepatios Las Carolinas

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