Si perdemos la Amazonía, perdemos todo

14/01/2020

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La Amazonía es uno de los bosques más importantes del mundo, siendo indispensable para la supervivencia del planeta ya que atrapa un 10% de la totalidad del CO2 y a su vez produce un total del 20% de agua dulce para todo el planeta.

Actualmente, la Amazonía está sufriendo incendios provocados, que son utilizados para deforestar el bosque. En el pasado año 2019, se alcanzaron una totalidad de 72.000 incendios que dejaron un panorama poco alentador.

La intencionalidad de estos incendios se relaciona con la expansión agrícola y ganadera, afectando de forma catastrófica a todo el planeta, ya que los incendios han incrementado la actual crisis climática que estamos sufriendo. Agosto de 2019 fue testigo de un aumento considerable de grandes incendios que se propagaron a lo largo de las vías principales en la Amazonía central brasileña, liberando a la atmósfera contaminantes nocivos con partículas y gases de efecto invernadero.

Los incendios han destruido numerosos ecosistemas, y a su vez han puesto en peligro la vida de millones de personas. Se calcula que el fuego ha afectado a 40.000 especies de animales y plantas, 350 comunidades indígenas y 68 espacios protegidos, además de alterar el ciclo del agua, agravando los fenómenos extremos como las sequías.

Durante la COP 25 de Madrid en una sesión llamada “New Deal For Nature and People: Amazon biome at the heart of the nature, climate and sustainable agenda” se habló sobre la situación actual del Amazonas y los pueblos originarios.

En esta sesión se dijo que no solo hay que estar enfocados a un objetivo sino hacia varios que se refuercen entre sí, y que la solución tiene que ser sistémica, donde todo debe confluir. No sólo deben participar algunos sectores, sino los diferentes sectores de la sociedad, señalando con gran relevancia el rol de los jóvenes y adolescentes.

Actualmente, la conservación, reforestación y el uso sostenible de la biodiversidad en este extenso territorio se está implementando en el Plan de Acción Leticia, el cual confluye con las contribuciones nacionalmente determinadas. El Pacto de Leticia por la Amazonía se firmó el pasado 6 de septiembre en el municipio colombiano de Leticia por países como Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador, Guyana y Surinam, y fue presentado en la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, COP 25, en Madrid.

Este plan de acción tiene como objetivos la seguridad amazónica, la gestión de la información, el conocimiento, el empoderamiento de las mujeres y los pueblos indígenas, además del financiamiento y la cooperación internacional. Así mismo, busca que aumenten los esfuerzos de monitoreo de la cobertura boscosa y del clima, para promocionar la conectividad de ecosistemas prioritarios, y la creación de figuras de protección para conservar la biodiversidad, promocionar el uso sostenible del bosque, los sistemas productivos sostenibles, y fortalecer las capacidades y la participación de los pueblos indígenas y las comunidades locales en el desarrollo sostenible de la Amazonía.

También Perú, en concreto, se plantea como trabajar en políticas públicas, y para ello existe la ley marco sobre cambio climático que apoya a los pueblos indígenas, en la misión de construir una comisión de alto nivel donde están todos los sectores que tienen que ver con un desarrollo sostenible de la Amazonía, lo cual facilita que se den este tipo de políticas que son transversales, donde se dan decisiones de alto nivel sobre cómo ven ellos el desarrollo de la Amazonía, no solo ahora sino a largo plazo.

También está la comisión nacional de cambio climático donde están interesadas las universidades, los gobiernos regionales y localidades, los jóvenes y adolescentes. Todos ellos tienen una mirada muy importante en el desarrollo y diseño de estas políticas públicas. Para Perú es muy importante el desarrollo sostenible de la Amazonía ahora y a largo plazo, y diseñar las políticas públicas para llevarlo a cabo.

A esta sesión acudió un representante indígena, Juan Carlos, quien contó en primera persona la situación a la que se están enfrentando. Juan Carlos hizo mención de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, COICA, y aseguró que siempre ponen sobre la mesa los conceptos fundamentales de la institución indígena, respetando los derechos humanos, además del respeto a la naturaleza, y a los pueblos originarios que se encuentran en cada país.

Juan Carlos afirmó que es importante que se entienda que los indígenas, a pesar de ser de orígenes y experiencias vitales muy diferentes, pueden conversar e interactuar entre ellos, y también que es complicado para ellos hacer entender a las demás personas el concepto pluriétnico, es decir, que la comunidad indígena amazónica está formada por diferentes etnias que tienen costumbres y tradiciones diferentes, y que se han desarrollado en diversos espacios y tiempos.

Hay muchos pueblos originarios que viven en el amazonas desde hace milenios; los pueblos indígenas interactúan con el bosque, el agua, etc, ya que el ser humano es integral, es parte de la naturaleza. Los indígenas viven caminando por el medio cazando y alimentándose de una forma equilibrada, por lo que para ellos el territorio es la vida misma, y sin él manifiestan que sucumbirán.

Juan Carlos hizo hincapié en que los pueblos indígenas tienen propuestas, no solo protestas, y un gran paso es que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, IPCC, actualmente reconozca la ciencia indígena, y al mismo tiempo, aseguró que quieren que se les respete y que les den la oportunidad de contribuir.

El cambio climático y la pérdida continua de la naturaleza reflejada en la pérdida de especies, de bosques, la degradación de ecosistemas y hábitats obliga a la acción. Latinoamérica, una de las regiones más biodiversas del planeta con la Amazonía, hace un llamamiento de urgencia, para fomentar un desarrollo sostenible, en la lucha contra el cambio climático.
Hay que tomar medidas al respecto, de tal forma que se actúe hacia la prevalencia de un planeta sano y próspero, ya que si se pierde la selva tropical más extensa del planeta tenemos pocas probabilidades de avanzar en la lucha contra el cambio climático.

Laura Velasco Puig

Fotografía: Ria Sopala en Pixabay.

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