El próximo autobús que cojas será eléctrico

20/04/2018

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Desde que en 2018 se aprobara la directiva europea “Calidad del aire y aire limpio para Europa” el gobierno Español ha sido sancionado año tras año por incumplir los estándares de calidad del aire.
De todo el territorio nacional la ciudad que se encuentra en peores condiciones es Madrid, que acumula expediente tras expediente. Para hacernos una idea del problema, la ciudad cuenta con veinticuatro estaciones de medición de contaminación y durante el año pasado quince de ellas registraron niveles de contaminación media anual por encima de lo permitido. Teniendo en cuenta que según datos de la OMS la contaminación atmosférica causó aproximadamente 6.5 millones de muertes en 2012, el problema de la contaminación no es moco de pavo.

La buena noticia es que el Ayuntamiento de Madrid es también uno de los que aplica medidas más restrictivas, como los protocolos de actuación ante períodos de alta contaminación, que aunque sí es verdad que no son la solución, dan visibilidad e importancia al problema.

Si se ha visto que las restricciones de circulación por alta contaminación no son la solución al problema ¿qué se puede hacer?. Aunque nos rompa nuestra manera de entender las ciudades, la única y mejor solución a la contaminación es que no circulen coches de motor de combustión en nuestras ciudades. En el caso del transporte público madrileño podría decirse que la mitad del camino está hecho, ya que el metro está electrificado, pero no nos olvidemos de los autobuses. Con una flota de 2.000 autobuses que transporta a 430 millones de pasajeros cada año (Datos de 2016) es importante que esta parte del transporte público madrileño también se electrifique más allá de los minibuses de las líneas M1 y M2.

Recientemente se ha puesto en marcha una nueva medida, los autobuses completamente eléctricos. La EMT inauguró el pasado diciembre la línea 76, la primera 100% eléctrica que cuenta con 5  autobuses con capacidad para 76 pasajeros y que cubre una distancia de 14 kilómetros (ida y vuelta) durante una jornada de trabajo de 18 horas. ¿Cómo puede ser que aguante tantas horas en funcionamiento? La batería de estos autobuses se carga durante 6 horas por las noches para empezar con la carga completa la jornada. Para asegurar el servicio durante el día, en la cabecera de la línea se mantiene la  carga mediante sistemas de recarga inductiva que más o menos vienen a funcionar como la placa de inducción de la cocina con las sartenes, solo funciona cuando el autobús está encima. Durante el 2018 se irán incluyendo en las líneas más buses y minibuses totalmente eléctricos de modo que se cumpla el plan previsto de una flota de 93 autobuses eléctricos para 2020.

Medidas como esta, pero de más largo alcance, se están llevando a cabo en otros lugares de Europa. A principios del mes de abril se inauguró en Francia el primer autocar de larga distancia. Cubre la ruta París – Amiens, que consta de 160 km, y para este verano empezará en Alemania la ruta entre Frankfurt y Mannheim de 85 km. La empresa encargada de poner el proyecto en marcha, sostiene que con este nuevo autocar se evita la emisión de 140 toneladas de CO2 al año y tiene como plan de futuro crear una red de autocares eléctricos por toda Europa, siendo posiblemente España y Portugal los siguientes países en tener este servicio.

Medidas como esta transformación del transporte combinadas con otras que se están llevando a cabo en Madrid y otras ciudades, como la creación de puntos con vegetación mediante parques verticales o paseos con arboledas, cambios en la planificación urbana para favorecer la bicicleta, zonas peatonales o impuestos a los coches, hacen de nuestras ciudades entornos más amables y saludables para todos. Es por eso que debemos abrazar estos cambios e impulsarlos.

Texto e ilustración: Carlota López 

Fuente: EMT

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