El largo camino de Ikea hacia la sostenibilidad

Las empresas se están concienciando cada vez más de la importancia del medio ambiente a la hora de realizar su actividad, debido a que si no cuidamos la naturaleza, las consecuencias pueden perjudicarnos y mucho. Tenemos el poder de enseñar a las siguientes generaciones a reciclar, a utilizar menos papel y aprovecharlo al máximo, o a utilizar bolsas de tela en el supermercado. Y si todo esto lo aplicamos a las empresas, también es posible un cambio en los modelos de negocio, enfocados a políticas de responsabilidad social ambiental, que nos dan las pautas para saber cómo cuidar el planeta.

Tener una empresa que cumpla con estas responsabilidades no es obligatorio, se hace de forma voluntaria. ¿Estás dispuesto a ello? La responsabilidad social ambiental es un compromiso que adquieren las empresas para preservar y cuidar el medio ambiente.

El objetivo es analizar todos los recursos naturales que hace uso la empresa como el agua, la energía o las materias primas que se utilizan para elaborar sus productos o servicios.

Las empresas quieren satisfacer las necesidades de sus clientes y estos cada vez más tienen más conciencia ambiental. Por lo que los ciudadanos no solo se preocupan por el medio ambiente, sino también al realizar una compra estos exigen que los productos y servicios vayan en línea con su nuevo estilo de vida y mentalidad: ser respetuosos con el medio ambiente.

El caso de Ikea

La marca sueca apostó hace algún tiempo por la eficiencia para aumentar el ahorro entre sus clientes y en su propia empresa. Asimismo, elaboró un código ético que incluye los requisitos mínimos que debe cumplir un proveedor para trabajar con la marca, relacionados con el medio ambiente, el impacto social y las condiciones laborales (pagos de hora extra o la no discriminación). De esta forma, si cualquier proveedor incumpliera algunos de estos puntos, automáticamente dejaría de trabajar para la empresa. Y la forma por la que Ikea se aseguraba su cumplimiento fue sometiendo a estos proveedores a exámenes y auditorías. El resultado general es que Ikea tiene una imagen “amiga del medio ambiente”. ¿Cómo ha llegado a esta posición?

Dificultades en sus inicios

Está claro que Ikea ha recorrido un camino difícil para llegar a donde se encuentra hoy, porque no siempre ha hecho bien las cosas. Sus inicios también fueron duros.

En sus inicios (Ikea se fundó en 1943), se dedicaba a la venta de bolígrafos, billeteras, relojes, joyería, incluso medias. Fue en 1947 cuando decidió lanzarse con los muebles y tres años más tarde publicó su primer catálogo.

En 1955, la competencia le intenta boicotear presionando a sus proveedores de muebles, pero Ikea respondió diseñando sus propios productos para evitar esa presión.

Ikea inició su externalización pronto y en 1985 abre una primera tienda en EEUU, cometiendo grandes errores, entre ellos: crisis en su modelo de gestión, dificultades operativas, problemas de producción, elevadas rotación del personal, desajuste en el modelo económico y de gestión en general.

Cometió el error de no realizar previamente un estudio de mercado internacional, por lo que se podría haber ahorrado mucho dinero. Por otro lado, el diario inglés The Daily Telegraph reveló que Ikea tenía una fábrica en Alemania Oriental, Waldheim, donde se encontraba una cárcel con presos políticos, quienes eran forzados a construir los muebles de la empresa. Por supuesto, en condiciones precarias y sin remuneración económica. Ante esta publicación, el fundador de Ikea Ingvar Kamprad afirmó no tener conocimiento sobre esto. Y un defensor de la compañía constató que desconocía esta situación, pero que lo lamentaba en caso de que hubiese sucedido. Fueron muchas más las denuncias por explotación laboral que obtuvo la compañía. Como respuesta, decidieron aplicar códigos éticos a sus trabajadores y participar en proyectos para niños menos favorecidos.

Logros ambientales destacados de Ikea

Ikea se fijó entre sus objetivos proveer todas sus tiendas con un 100 % de energías renovables y limpias para el 2020. Y así lo está cumpliendo: cuenta con más de 40 sistemas de energía solar fotovoltaica en sus tiendas europeas y norteamericanas. Y tiene más de 700.000 paneles solares en los edificios de la tienda repartidos por todo el mundo.

Otras de las acciones que ha llevado a cabo ha sido el uso de embalajes planos, los cuales permiten mandar más elementos por cada envío, reduciéndose así los costes y gastos en transporte. Por ejemplo, hay sofás de Ikea que gracias a su envío en paquete plano ahorran hasta 11 millones de dólares al año y disminuye las emisiones de carbono en más de un 75%.

Ikea no solo tiene entre sus objetivos vender muebles, se caracteriza por su labor social, humanitaria, en búsqueda de fines sociales. La Fundación Ikea colabora con programas llevadas a cabo por UNICEF y la Clinton Health Access Initiative. Su objetivo es ayudar a los niños más desfavorecidos para que consigan un futuro mejor. A finales de 2015, la Fundación ha ayudado con sus programas a más de 100 millones de niños, calcula la compañía.

Si quieres que tu empresa cumpla con los requisitos de la sostenibilidad, deberías cuestionarte si la estrategia que estás realizando está enfocada a generar un impacto positivo a nivel económico, social y medioambiental. De forma que siga una conducta ética, que minimice los riesgos y promueva la transparencia y una buena gerencia. ¿Lo cumples?

Las políticas sostenibles más destacables

1. Precio bajo vs. calidad. La filosofía de Ikea es mantener una política de precios bajos. De esta forma, las personas con pocos recursos económicos pueden acceder a estos mobiliarios de diseño y calidad. Pero, ¿es posible diseñar muebles asequibles y bonitos para casi cualquier consumidor? Ese es el gran debate.
Los responsables de la compañía prefieren que sus muebles sean más atractivos, pero centran todos sus esfuerzos en que sean baratos y funcionales.

2. Reducción de costes de manipulación. Los clientes seleccionan y escogen ellos mismos sus muebles sin ayuda de personal. Esto, sin duda, es una táctica que ahorra costes, reduciendo así la manipulación por parte de los trabajadores de Ikea. Esa es la idea de Ikea, que el cliente haga autoservicio lo máximo posible. Y os lanzo esta pregunta: ¿creéis que el cliente prefiere ser autosuficiente o que se lo den todo hecho?

3. El transporte. En el 2009 se efectuaron cerca de un 40% de entregas directas y se utilizaron para ello pallets de madera. En 2015, se hicieron algunas mejoras, aumentando el porcentaje de entregas a un 55%, evitando que la gente se desplace con sus coches hasta los establecimientos, disminuyendo así la contaminación atmosférica. Y además se efectuaron otras mejoras, como la sustitución del pallet de madera por el de cartón reciclado.

Los muebles de Ikea son diseñados por piezas para que el propio cliente los pueda montar. Las piezas van en paquetes planos para que ocupen menos a la hora de transportarlos y para que el transporte sea más barato.

Por otro lado, el embalaje también ocupa poco en el almacén y estanterías, de forma que haya más espacio para stock adicional y así cumplir con los pedidos.

4. Materias primas que utilizan. ¿Sabías cómo crean la famosa cesta de Ikea? Es fabricada con el tronco de bananeros después de la cosecha. Cuando da su fruto, el tronco muere y en lugar de tirarlo, se corta en tiras. Después, se exponen al sol para secarse y por último se tejen para formar la cesta.

Otro ejemplo de los materiales que utilizan para sus productos es papel reciclado. En el caso concreto de los archivadores Kasset, se utiliza un 80% de papel reciclado, lo que repercute de forma positiva en el medio ambiente. ¿Cómo? Al doblarse ocupan menos espacio, por lo que se dan menos viajes para su transporte y reducen las emisiones de CO2 en un 75%.

5. Códigos de conducta. Hace unos años, la compañía recibió críticas donde se le acusaba de explotar a niños en sus fábricas de Pakistán.

Ante esta oleada de críticas, los responsables reconocieron que no habían manejado la situación de la mejor forma, por lo que decidieron crear un código de conducta donde la compañía prohibía de cualquier forma la explotación, discriminación o pagar por debajo del sueldo mínimo a sus trabajadores.

Objetivos para el 2020

La compañía se ha propuesto ser energéticamente independiente en España en 2020. En ese año, prevé producir más energía de la que consume, con el apoyo de fuentes renovables. El dinero invertido en la instalación de paneles solares en España ha sido de 15 millones de euros. Una cifra muy alta para conseguir tan poco: ahora produce en España energía solar equivalente solo al 19 % de su consumo. Sin embargo, en otros países como Polonia y Canadá Ikea genera energía renovable equivalente al 100% de su consumo. ¿Conseguirán para el 2020 cumplir con este objetivo renovable?

Después de ver todos los triunfos y obstáculos por los que ha atravesado la compañía, me pregunto: ¿es oro todo lo que reluce? ¿Defiende una filosofía verde y responsable porque eso da una buena imagen al exterior o porque realmente quieren el bien de todos? El gigante ha sabido hacerlo. Sin duda, se ha colocado entre los mejores referentes del sector verde y sigue creciendo. Con el tiempo veremos si lo que predican, lo cumplen. Por el momento, así lo han hecho. ¿Y vosotros qué pensáis, utiliza Ikea su imagen “verde” para llamar la atención y calar más en los consumidores o es un verdadero ejemplo de sostenibilidad?

Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.
Twitter: @edigomben