Apagar la luz está bien, despetrolizar es mejor

29/03/2019

Tiempo de lectura: 4 minutos

Mañana es “La Hora del Planeta”, una iniciativa que surgió en 2007 en Sidney, Australia, y que de ahí se ha extendido por todo el mundo. Consiste principalmente en apagar la luz y todos los aparatos eléctricos no imprescindibles, ¡como el televisor!, durante una hora. Es una buena iniciativa, pero hay otra mejor, que es iniciar en ese momento nuestro “Plan Personal de Despetrolización”. Es decir, nuestro abandono paulatino de las energías fósiles. No es fácil, pero algo se puede hacer, como veremos a continuación.

La despetrolización personal no es tarea fácil porque el petróleo es la base de miles de productos que utilizamos cotidianamente, desde los más evidentes, como el gasoil que alimenta nuestro coche, a otros más ocultos, como la vaselina presente en muchos cosméticos. Como no es cosa de volvernos locos, vamos a empezar por lo más importante.

Gasolinas y gasóleos de automoción son una parte muy importante de las ventas totales de derivados petrolíferos, que ascienden a decenas de millones de toneladas sólo en España. Aquí la solución es drástica, y podemos reducir de un plumazo nuestra tasa de petrolización. La idea consiste en achatarrar nuestro viejo coche, especialmente si tiene más de diez años, y buscar un transporte alternativo que no dependa tanto del petróleo.

Por ejemplo un coche eléctrico “puro”. Los híbridos pueden ser una solución parcial, especialmente si son enchufables. Cuidado con los híbridos “suaves”, que no son más que un parche para conseguir la etiqueta eco, y no ahorran prácticamente nada de combustible ni, por lo tanto de contaminación. Con suerte, podrás sustituir todos tus viajes en coche domicilio-trabajo por trayectos en transporte público, bicicleta, coche compartido eléctrico, patinete, etc. La oferta no cesa de crecer.

Lo siguiente a examinar es la climatización de tu casa. Si usas gasóleo de calefacción, te saldrá a cuenta cambiarte a gas natural o a la electricidad. Si utilizas gases licuados del petróleo (propano y butano) tal vez tengas la opción de utilizar electricidad para el agua caliente y la cocina. No olvides investigar la posibilidad de instalar paneles solares térmicos para el agua caliente, o de colocar algunos paneles fotovoltaicos en la cubierta del edificio, ahora que el impuesto al sol va a ser derogado.

Un tercer petro-elemento omnipresente en nuestras vidas es el plástico. Más del 90% de los materiales plásticos proceden de la industria petroquímica. Es una buena idea reducir drásticamente nuestro uso de plásticos desechables, lo que se puede hacer fácilmente llevando una bolsa de tela doblada en el bolsillo. También puedes reducir tus compras de plásticos desechables eligiendo envases de vidrio, latas o bolsas de tela. Rechazando las bolsas de plástico, además, ahorras dinero, que ahora se cobran a varios céntimos la unidad.. Recientemente, varios supermercados dan la opción de llevar nuestros propios tárros y tápers, evitando así llevar a casa más envases de plástico desechable.

En cuarta posición están los tejidos sintéticos, como el omnipresente poliéster. Comprar ropa de algodón 100% o incluso de lana, lino u otras fibras naturales no te costará mucho más y será mejor para tu salud –muchos de estos tejidos sintéticos incluyen aprestos químicos que pueden ser agresivos.

Por último, tenemos una enorme colección de artículos de consumo cotidiano a base de petróleo o que incluyen derivados petrolíferos en su composición: jabones, detergentes, cosméticos, ceras, parafinas, productos de limpieza en general, juguetes de plástico, toda clase de gomas y objetos de caucho sintético, tupperwares, cepillos de dientes, carcasas de ordenadores, pinturas, insecticidas, etc.

Aquí podemos intentar comprar versiones a base de componentes no-petrolíferos de jabones y cosméticos (lo que se llama cosmética natural) y, en general, evitar en lo posible comprar objetos de plástico y goma sintética. Pero esto puede resultar muy difícil o caro: por ejemplo, las velas de cera cuestan mucho más que las de parafina, aunque es verdad que no emiten compuestos tóxicos al quemarse. Es una cuestión de prudencia y sentido común: es probable que encuentres cepillos de dientes de madera con facilidad, y puedes sustituir todos tus tápers de plástico por versiones de vidrio.

Hay mucho que hacer, en esto de la despetrolización. ¿Por dónde vas a empezar?

Adaptado y actualizado de un artículo publicado originalmente en el blog Ciudadano autosuficiente, del diario Público, el 21 de noviembre de 2017.

 

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